sábado, mayo 22, 2010

Crónica del campamento de la Tlalne

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Por Ximena, Jimena, Nina, Tamara, Io y Patricia
Fotografías de Jimena


Cada año en la Tlalne realizamos un campamento o viaje de estudio, los de preescolar son salidas cortas. Es en la primaria donde los viajes se pueden hacer más largos. Los primeros campamentos fueron aquí en la escuela. Cada vez que salimos aprendemos a cuidarnos solos y a colaborar con nuestro equipo para pasarla bien.

Aprendemos también cosas nuevas al visitar muchos lugares. Este año 2010, el viaje de estudios de los grupos de 4º, 5º y 6º grados fue a Tlapacoyan, Veracruz. Los otros grupos harán también sus campamentos, ellos les contarán después. En el trayecto nos detuvimos en varios sitios para realizar observaciones en el bosque de la Joya y en el valle de Perote. Ya instalados en el Rancho Hotel El Carmen, en la ciudad de Tlapacoyan, visitamos un sitio arqueológico y la cascada del Encanto. El tercer día salimos hacia el Centro Tortuguero Marcelino Yépez, ubicado en el Raudal, cerca de Nautla para regresar después a Xalapa.

Para trasladarnos se necesitaron dos camionetas: una roja y una blanca. En la roja iban María, Andrés, Dafne, Azul, Nina, Eric, Fátima, Alejandra, Itzel, Patois, Martha Baena, Martha López, nuestra guía espiritual (jijiji). En la blanca iban Natalia, Emiliano, Martha (la alumna), Las JXimenas, Io, Tamara, Gretel, Lalo, Elisa, Isidro y Lisa (la otra guía espiritual, jijiji).


EL BOSQUE DE PINOS
Por Itzel y Emiliano


Primera parada.
Visitamos los alrededores de Viveros Paraíso. Este lugar se encuentra muy cerca del poblado de La Joya, a 2303 msnm. Cuando llegamos sentimos mucho viento y un poco de frío. El vivero estaba cerrado y esto nos permitió conocer sus alrededores. A unos 100m. del vivero encontramos que a cada lado del camino había dos diferentes tipos de pinos.

Observamos varias diferencias entre los pinos sembrados con fines comerciales y los que están sembrados naturalmente. Una de ellas es que los pinos de la plantación comercial tienen el suelo más seco que los árboles sembrados naturalmente, los cuales tienen la tierra más húmeda.

Los pinos comerciales tienen el tallo más delgado y crecen más juntos, ordenados en hileras y todos son iguales. En el bosque del otro lado del camino había más variedad de árboles y de otro. En sus tallos crecen tenchos, musguito y están más húmedos.

Almorzamos en este lugar, que tenía una vista muy bonita hacia unas antenas. La vegetación ya no era la misma que en Xalapa, el aire que se respiraba se sentía diferente…hasta que nos llegó un olor asqueroso, pensamos que podría ser un basurero, no podría ser otra cosa. Algunos seguimos el camino para ver de qué se trataba y encontramos ¡un tlacuache muerto!, también basura regada, plásticos, en fin, un basurero. Fue penoso, porque ahí había también una casita habitada. Pensamos que no puede ser que en donde haya seres humanos, el paisaje se deteriore de esa manera.

Escuchamos un ruido, estábamos parados justamente debajo de unos cables de alta tensión. Es tanta la energía que se traslada por esos cables que hasta zumbaban. Desde ahí se podían ver los “parches” en la montaña, que son extensiones de tierra en las que todavía se conserva un área de bosque. Volvimos a las camionetas y seguimos el viaje. Poco a poco íbamos saliendo de la zona montañosa hasta que el camino se hizo plano. Llegamos al valle de Perote. El sol se sentía muy fuerte y había viento. Isidro escogió un lugar de por ahí para hacer otra parada para que Martha Baena nos explicara porque cambió tanto el paisaje.


EL ALTIPLANO
Por Eric y Martha

Segunda parada.
Observamos que en el altiplano la vegetación está formada principalmente de cultivos de haba y árboles de baja estatura. Hacía mucho calor. El sol se sentía muy fuerte, a esa hora caía directo sobre nuestras cabezas, si estuviéramos en el otro horario, serían las doce del día porque nuestra sombra estaba en los pies. En estos lugares altos y secos durante el día la temperatura varía de 28 grados a 30 grados centígrados durante el día y en la noche puede bajar hasta 4 y 5 grados centígrados.

También observamos que había plantas que eran familia de las gramíneas. Crecen en este tipo de clima porque resisten esos cambios de temperatura. Su forma propicia la presencia de artrópodos generalmente. Son un grupo de plantas al cual pertenece el maíz, los pastos, etc…

El tipo de suelo cambió drásticamente de ser tierra y roca a ser arena muy caliente. La altitud aproximada es de 2350 a 2400 msnm. De ahí, a la 1:33 pm. nos fuimos al rancho hotel de Tlapacoyan.

El viaje del altiplano al hotel duro aprox. 2 horas porque además de que tuvimos que parar en una gasolinera porque Tamara tenía ganas de ir al baño y otros aprovecharon también. El tráfico iba muy lento y la carretera tenía muchas curvas. Pasamos otra vez por zona montañosa pero diferente a la de la Joya.




Tercera parada.
Por fin, ya cansados llegamos a Tlapacoyan, pasamos el pueblo y llegamos al Rancho Hotel El Carmen, es un lugar padrísimo que tiene cafetales y muchísimas plantas entre las que se encuentran árboles muy viejos. La alberca fue lo mejor, pero como llegamos con mucha hambre, no nos dejaron nadar sino hasta por la tarde. Comimos mucho y riquísimo, luego pusimos las tiendas, organizarnos cómo y con quién íbamos a dormir, y desempacamos nuestras cosas. Lo bueno es que no hubo mucha discusión por las tiendas y rápido estaba cada quien en la suya.

Trabajamos un rato por equipos, escribimos nuestras observaciones para hacer los textos después. Ya sentimos el calor del lugar y las ganas de nadar aumentaron, hasta que ¡por fin! Las maestras nos dejaron y corrimos a cambiarnos. Todos nadamos y nos echamos por la resbaladilla. Llegó un niño que tenía una rana de mascota y la metió a la alberca: ¡todos gritamos!.


Antes de la cena, nos bañamos con jabón (así dijeron las maestras, quién sabe por qué) Después fuimos a cenar muuuuy rico y a dormir, ya que al día siguiente tendríamos muchas actividades y había que levantarse temprano. A algunos todavía les quedaron ganas de ir a una caminata nocturna en el jardín del hotel, vimos hormigas y nos platicaron de la antigüedad de ese lugar.

Segundo día, el despertar.
No hubiéramos podido dormir tarde ya que millones de aves empezaron a cantar desde muy temprano, antes del amanecer y algunos compañeros también empezaron a “cantar” a esa hora. La buena noticia era que ¡No nos llovió! Empezaron a encontrarse cosas sin dueño por el jardín y Paty tuvo que hacer una revisión del orden en las tiendas. A los que tenían cosas revueltas o tiradas les tocó desayunar al final. Empezamos los preparativos para salir al sitio arqueológico, que estaba como a 40 min. del hotel. Empacamos nuestros almuerzos, agua, libretas y salimos como a las 9:15 de la mañana con rumbo al…

CUAJILOTE
Por Natalia y Lisa

Cuarta parada.
En el camino al sitio arqueológico vimos muchas plantaciones de plátanos. Ya cerca, a las 10:24 vimos un árbol con nidos de oropéndolas Llegamos a las 10:34. En la entrada del sitio había vacas, becerros, ovejas, y un pequeño riachuelo. Ya dentro de la zona, Elisa la maestra nos organizó en equipos con los que trabajaríamos y nos dio unas tarjetitas por equipo con el nombre del edificio que teníamos que observar y algunas preguntas que había que responder. Hacía muchísimo calor y un solazo tan fuerte que sentías que te cocinaba el cerebro y costaba trabajo pensar. En el sitio se asentaron los totonacas, huastecas y los aztecas. Varias de las pirámides o monumentos estaban construidos en tres momentos o sea, una fase por cultura. Alrededor de algunas pirámides todavía hay pedrería de obsidiana, cerámica u objetos parecidos que utilizaban los antiguos habitantes de la zona.

Se sabe que esta zona pagaba tributo a los aztecas con plumas de ciertas aves y que más abajo por el río, en Vega de la Peña se reunían dichos tributos. Tal vez las plumas eran de tucanes, aves típicas de este lugar.

Las pirámides estaban pintadas con cal porque algunas aún conservan piedras. Nos dijeron que además de pintarlas con cal usaban tintes azules. Se cree que la pintura se hacia con plantas, hierbas, insectos e incluso con sangre.

A grandes rasgos, este era un centro ceremonial cuya plaza mayor estaba formada por varias edificaciones: ubicado al norte se encontraba el juego de pelota y al sur el templo mayor. A lo largo de ambos lados de la plaza hay varios edificios, algunos no han sido restaurados.

El adoratorio 2, que es el más grande, se cree que era utilizado para adorar al sol y a la vida. Pensamos que era para adorar al sol porque estaba ubicado al este y como el sol sale al este tal vez tenía que ver.

El juego de pelota estaba relacionado con el culto de la fertilidad, en el cual la sangre derramada por los jugadores que eran decapitados, fecundaba la tierra y así garantizaba el sustento necesario para la continuidad de la vida.

Regresamos al rancho-hotel. Isidro intentó convencer a Paty que nos dejara meternos a la alberca, pero no lo logró. Comimos y después tuvimos un rato libre. La actividad de la tarde de ese día era conocer la cascada El Encanto, que forma parte del río Bobos. Para llegar a la cascada se tiene que ir en balsas y remar un poco río arriba. No fue complicado porque la corriente estaba muy suave. Primero Israel –el guía- e Isidro inflaron las balsas. En lo que terminaban, recogimos basura, llenamos como tres bolsas. Pusieron un chaleco y un casco a cada quién. Martha Baena encontró las pieles (exubias) de unas chicharras y nos explicó su ciclo de vida. Ya todos listos, nos dieron muchas instrucciones y nos trepamos a las balsas. Como a Jimena no le tocó remo se puso como la del Titanic. Claro que la sentaron de inmediato. “Empezamos a remar, al principio en círculos porque no sabíamos; después que ya pudimos remamos hacia la poza que según yo era una cueva, pero no, era una poza. Entramos lentamente a un cañón, la sensación era inexplicable…” (Ximena).

La humedad se siente en el rostro, las golondrinas vuelan y algunas plantas crecen en lo alto y se encuentran con el sol. Al fondo de esta falla geológica, la cascada. Para acercarnos a ella, dejamos las balsas y seguimos caminando. El agua fría no impidió que nos metiéramos a nadar a la poza que forma la caída de agua. Queríamos quedarnos ahí por mucho tiempo, el agua brota de las paredes y sale limpiecita. Se forma una playita de arenilla y piedritas que se van erosionando y las arrastra la corriente. Antes de salir del cañón, nos echamos un brinco hacia la otra poza en donde se habían quedado las balsas. Algunos no quisieron porque sintieron que estaba muy alto (ni tanto, eran como 2 metros), pero saltamos y fue padrísimo.

Poner lo de la basura, que recogimos y lo de nadar en el río cuando íbamos río abajo todos iban gritando: ¡remen! y otros contestaban: sos, ¡remen! sos, ¡remen! sos. Un poco simple… pero nos divertimos haciéndolo. Nos dejaron bajarnos de las lanchas para nadar río abajo dejándonos llevar por la corriente. Lisa y Paty llevaron las camionetas más adelante a una playita a la orilla del río y ahí nos salimos.. Israel nos dijo que este río en el que nadamos también era conocido como el Alto Filo, eso quiere decir que al desembocar en el mar ya es el río Nautla que cruzaríamos al día siguiente y que es enorme.

De regreso al rancho hotel unos nos fuimos caminando y otros (los flojos) en camioneta. Íbamos empapados. Los que caminaron vieron un paisaje como los de Jurasic Park o de la película de Madagascar: paredes de piedra muy altas y mucha vegetación y el río allá a lo lejos. Nos metimos a la alberca al llegar al hotel, luego de la cena, un rato de reunión para recordar lo que hicimos en el Cuajilote. Algunos ya se estaban quedando dormidos en su silla, así que nos apuramos hacer los comentarios de la visita y nos fuimos a descansar… ¿a descansar?.

“Intentamos dormir temprano y no pudimos por la plática de Marthita. Se puso un short, quién sabe para qué pero bueno, hasta hizo que nos volteáramos… ¡ay Marthita!. Yo, Ximena, fui la primera que cayó dormida, después Marthita, de ahí María y al final Itzel. Marthita roncó toda la noche, pero yo ya estaba bien dormida, zzzzzzzzzzzzzzzzz”.

Tercer día.
¡NOOOOOOOOO! Se inicia el tercero y último día del campamento. No nos queríamos ir, todo había estado tan padre que queríamos quedarnos. Pero ni modo, levantamos las tiendas, empacamos y salimos después del desayuno hacia Nautla, Nos prepararon en el hotel un almuerzo que pusieron en platos de unicel…bueno, llenamos las cantimploras, metimos todo a las camionetas y ¡adiós!, ¡queremos regresar!, ¡no me quiero ir!. Iniciamos el recorrido que nos llevaría hacia el campamento Tortuguero, y eso estuvo muy interesante.

CUIDADO DE LAS TORTUGAS MARINAS
Por Azul, Dafne y Lisa

Quinta parada final.
Llegamos al Centro Tortuguero a las 11:22 de la mañana, donde Ricardo Yépez nos estaba esperando. Bajamos de la camioneta, saludamos y nos dirigimos al salón de conferencias. Nos presentaron a Ana, una inglesa y a la esposa de Ricardo que se llama Pepi y es finlandesa. Ambas están ayudando a la conservación de las tortugas, haciendo equipo con Ricardo y su mamá, que es la directora y fundadora del Centro.

La conferencia sobre las tortugas marinas y acerca del trabajo que realizan en el Centro fue muy interesante. A grandes rasgos, la información que compartió con nosotros fue:

Las tortugas marinas son una de las especies más afectadas por el calentamiento global causado por el efecto invernadero y la contaminación.

Todas las tortugas marinas regresan a donde nacieron para poner huevos. No se sabe con exactitud cuánto vive una tortuga marina, pero... más de 100 años seguro.

Las tortugas marinas no se pueden reproducir en cautiverio, por lo tanto no las podemos comprar en los acuarios.

Hay 8 especies de tortugas marinas en el mundo, de las cuales hay 7 desovan en México:

• Verde
• Caguama
• Golfina
• Negra
• Carey
• Laúd
• Lora

Todas las tortugas desovan en la tierra incluyendo las terrestres y las dulce acuícolas. Las tortugas marinas están diseñadas para nadar mejor y no pueden esconder ni la cabeza ni las patas. La tortuga Lora es la que más está en peligro de extinción y habita sólo en México, también es la más pequeña. Una de las razones es que es la única que desova de día, entre las 11 a.m. y 6 p.m. Pone entre 50 y 160 huevos. Así es fácil que los depredadores la alcancen, la temperatura es muy alta a esa hora y los humanos irresponsables roban los huevos del nido.

La mamá deja una capa de oxígeno entre los huevos y la arena para que puedan respirar. Sus nidos no son muy profundos debido a que las aletas de la mamá no son muy largas, por lo cual, cuando alguien pisa el nido rompe la capa de oxígeno y por lo tanto también rompe los huevos. Las tortugas salen del mar a poner sus huevos a principios de febrero. La tortuga Lora se alimenta de medusas, algas, pastos marinos, camarones y cangrejos.

Los ríos llevan las bolsas de plástico al mar, donde las tortugas las confunden con medusas, se las comen y se mueren. La mayoría de las tortugas Loras encontradas muertas es porque comieron una bolsa de plástico.

La tortuga Verde sale en la noche a desovar. Las investigaciones indican que esta tortuga es la que mejor se está adaptando y es la más abundante.

El nido de las tortugas verdes mide 1.00 m de profundidad debido a la longitud de sus aletas. Se alimenta únicamente de algas y pastos marinos, lo cual le beneficia porque no se come las bolsas de plástico. La tortuga Caguama come de todo, es decir, es omnívora. Una tortuga tarda 50 días en nacer, el tiempo de incubación es de más de un mes.

Cuando las torugas ponen los huevos, no se sabe si es macho o hembra, La temperatura en el nido ira definiendo el sexo de las tortugas en determinado momento de su desarrollo; Cuando la madre desova busca una temperatura en la arena. Si la temperatura es mayor de 30 grados, se define como hembra y si es menor se define como macho.

Con el calentamiento global normalmente la temperatura es mayor a los 30 grados, por lo tanto hay sobrepoblación de hembras y su ciclo de apareamiento se atrasa.

Cuando los crios de tortuga salen de su nido pueden quemarse por la temperatura de la arena. Las tortugas son muy apegadas a sus hermanas, tanto que antes de salir del nido hacen formaciones de hasta 20 tortugas y las primeras que salen distraen a los depredadores (que en un inicio son cangrejos, luego aves marinas ) para que sus hermanas logren llegar al mar.

No liberamos tortuguitas porque las tortugas mamás llegaron tarde a desovar, y en el momento de nuestra visita, no habían nacido todavía.

Probablemente las 180 tortugas que murieron por el petróleo fueron las que tenían que llegar a desovar a nuestras playas.


Antes de irnos comimos un lunch que consistió en un rarísimo sándwich, un boing de 200 ml y una manzana amarilla. Tomamos camino hacia la Mancha y en la camioneta fuimos discutiendo sobre la inmortalidad del cangrejo que se come a las tortuguitas cuando recién salen del nido.

Sabemos que ese Centro sobrevive de las donaciones que las personas que lo visitan hacen a quienes trabajan ahí, hay veces que no han tenido para ponerle gasolina a la moto que utilizan para hacer los recorridos de vigilancia en la playa, por eso hicimos una cooperacha y les dejamos algo de dinero para lo que hiciera falta.

Nuestra última parada sería en La Mancha. Fue muy corta porque ya no nos quedaba mucho tiempo para estar ahí así que tomamos agua, jugos, e iniciamos el viaje de regreso. Vimos un montón de árboles y grabamos videos. Tamara venía cantando: “te voy a hacer tus calzones, como los usa el ranchero, te los comienzo de lana y te los acabo de cuero” fue muy gracioso, ¡cómo nos reímos! Hasta le hacían eco, ¡no podíamos parar de reír!.

Llegamos a la escuela todos sucios y muy felices. Fueron llegando por cada uno. A Tamara su mamá le dijo: “te extrañé piojo” y ella le respondió: “yo no”, y me reí mucho. Fue un campamento de risas. En el camino a mi casa yo intenté recordar casi todo lo que hicimos. Cené y antes de dormir pensé:

“estos tres días han sido geniales: nadé en un río profundo, fui a unas ruinas con mis amigas, vi un bosque de pinos y supe lo que es altiplano…fueron definitivamente los mejores días de mi vida.

Creo que me tengo que dormir, zzz, fue un placer contar esta historia, fue bonito recordar…zzzzzzz, demasiado bonito zzzzzzzzzzzzzzzz” (Ximena).


¡hasta el próximo año!